Se encuentran preparando todos los detalles para su boda, ya apartaron el recinto, se pusieron en contacto con los proveedores y ahora están elaborando el borrador final de su lista de invitados, es entonces que aparece una interrogante ¿dejamos que nuestros invitados lleven a sus niños? Para algunas parejas la respuesta es un rotundo “no”, mientras que otras disfrutan enormemente convivir con sus sobrinos y querrán integrarlos a su boda. Las cosas se complican cuando hay compromisos y obligaciones de por medio. Quizá sus familiares quieren orillarlos a dejar que los niños vayan a la fiesta, pero ustedes tienen la última palabra así que antes de tomar cualquier decisión consideren los pros y contras de contar con la presencia de los pequeños.
Ventajas
Los niños son muy energéticos y llenarán su boda de risas y vivacidad. Si tienen paciencia con ellos y los integran a las distintas actividades de la boda todos podrán pasar momentos agradables y divertirse. La presencia de los niños es apropiada para una fiesta más familiar e informal. Si quieren asegurarse de que todos la pasarán bien, al organizar su boda reserven un espacio especial para los pequeños y procuren que tengan suficientes actividades para que puedan mantenerse entretenidos, incluso, para mayor tranquilidad y comodidad de sus padres, puede ser necesario contratar cuidadores o animadores. El menú infantil es obligatorio para un evento con muchos niños.
Desventajas
Debido a que aún son muy pequeños y no entienden mucho de reglas y disciplina, los niños son impredecibles y difíciles de controlar (por más que sus padres les aseguren que son unos angelitos). Si no tienen actividades o entretenimiento adecuado, tarde o temprano se aburrirán y comenzarán a hacer berrinches y destrozos en el peor de los casos. Una boda formal en la noche no es para nada adecuada para ellos porque no podemos esperar que sigan protocolos y se cansarán muy pronto. También hay que tomar a consideración que incluir un menú y actividades especiales para los niños implica un gasto extra que quizá ustedes no puedan o no quieran costear.
Finalmente, la presencia de los pequeños puede ser beneficiosa o perjudicial para la boda dependiendo de las circunstancias. Tenemos que aceptar que hay situaciones y lugares que no son aptos para los niños debido a que simplemente no pueden encajar ahí. Los pequeños no sienten ni piensan como los adultos por lo que no podemos esperar a que reaccionen como lo haríamos nosotros, estar en un ambiente que no comprenden les causará mucha frustración y no se sentirán bien.
Antes de decidirse a invitar a los pequeños pregúntense si el estilo de su boda, la hora y el lugar puede dar cabida a un ambiente más familiar o por el contrario, se trata de un evento exclusivo para adultos. Si creen que invitar niños a su boda será una mala experiencia tanto para ustedes como para ellos es preferible especificar en las invitaciones que no se permitirán niños. Quizá a muchos no les parezca y querrán chantajearlos, pero si realmente quieren estar en la boda acatarán las condiciones que ustedes pongan.